El panorama de la ciberseguridad enfrenta una amenaza sin precedentes mientras los routers de red obsoletos se convierten en la última arma en el arsenal de los operadores de ransomware. Investigaciones recientes revelan una campaña sistemática dirigida a equipos de red al final de su vida útil, particularmente modelos antiguos de routers Asus, para establecer infraestructura de botnets resistente que soporta operaciones de ransomware sofisticadas.
Este vector de amenaza emergente explota una debilidad fundamental en la seguridad de redes global: el despliegue generalizado de equipos de networking que ya no reciben actualizaciones de seguridad o parches de firmware. Cuando los fabricantes finalizan el soporte para modelos de routers antiguos, estos dispositivos se convierten en vulnerabilidades permanentes en redes organizacionales y domésticas, proporcionando a los cibercriminales puntos de entrada de bajo riesgo y alta recompensa.
La escala de este problema se refleja en estadísticas recientes que muestran un aumento del 131% en ataques de malware durante 2025, con compromisos basados en routers representando una porción significativa de este incremento. Investigadores de seguridad han documentado cómo los actores de amenazas escanean metódicamente routers vulnerables, desplegando malware que convierte estos dispositivos en proxies para servidores de comando y control, canales de exfiltración de datos y puntos de distribución de ransomware.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta tendencia es cómo socava las estrategias tradicionales de protección contra ransomware. Muchas organizaciones se enfocan principalmente en copias de seguridad y replicación de datos como su defensa primaria, pero los compromisos de routers demuestran que los atacantes están dirigiéndose a la infraestructura de red misma. Cuando los routers se convierten en parte de la cadena de ataque, incluso medidas robustas de protección de datos pueden ser eludidas mediante manipulación a nivel de red e interceptación de tráfico.
El impacto en el mundo real de estos ataques basados en routers se hizo evidente en el reciente incidente de ransomware que afectó a la subsidiaria de fabricación de baterías de LG. Mientras los reportes iniciales se enfocaron en el cifrado de sistemas de producción y datos operativos, análisis posteriores revelaron que equipos de red comprometidos jugaron un papel crucial en el éxito y persistencia del ataque.
Los profesionales de seguridad enfatizan que el malware de router típicamente opera a un nivel más profundo que las amenazas convencionales. Estas infecciones pueden sobrevivir reinstalaciones del sistema operativo, evadir detección tradicional en endpoints y proporcionar a los atacantes acceso persistente a la red incluso después de que otros sistemas comprometidos hayan sido limpiados. El malware frecuentemente incluye capacidades para análisis de tráfico, cosecha de credenciales y establecimiento de canales de comunicación encubiertos con infraestructura criminal.
Mitigar esta amenaza requiere un enfoque multicapa que va más allá de las prácticas estándar de ciberseguridad. Las organizaciones deben implementar políticas comprehensivas de gestión de routers y equipos de red que incluyan:
Actualizaciones regulares de firmware y gestión de parches para todos los dispositivos de networking
Retiro inmediato de equipos al final de su vida útil que ya no reciben actualizaciones de seguridad
Segmentación de red para limitar el radio de explosión de dispositivos comprometidos
Monitoreo avanzado para patrones inusuales de tráfico de red y cambios de configuración
Controles estrictos de acceso y mecanismos de autenticación para interfaces de gestión de red
Para usuarios domésticos y pequeñas empresas, los riesgos son igualmente significativos. Los routers domésticos comprometidos pueden servir como puntos de lanzamiento para ataques contra dispositivos conectados, incluyendo equipos IoT, computadoras personales y dispositivos móviles. Estas infecciones frecuentemente pasan desapercibidas por períodos extendidos, permitiendo a los atacantes construir botnets extensos desde miles de dispositivos comprometidos.
Los incentivos económicos para los atacantes son sustanciales. La infraestructura basada en routers proporciona plataformas baratas, distribuidas y difíciles de rastrear para conducir campañas de ransomware, operaciones de robo de datos y otras actividades criminales. El bajo costo de comprometer estos dispositivos, combinado con el alto valor del acceso que proporcionan, asegura que esta amenaza continuará evolucionando y expandiéndose.
Mientras la comunidad de ciberseguridad responde a este desafío, los fabricantes enfrentan presión creciente para extender el soporte de seguridad para equipos de networking y proporcionar líneas de tiempo más claras del fin de vida útil. Los cuerpos regulatorios están comenzando a considerar requisitos para períodos mínimos de soporte de seguridad, similares a aquellos que emergen en el mercado de dispositivos IoT.
El resurgimiento del ransomware en routers representa un cambio fundamental en el panorama de amenazas cibernéticas, donde los atacantes se dirigen a los elementos fundamentales de la conectividad de red en lugar de solo endpoints y aplicaciones. Abordar esta amenaza requiere que los profesionales de seguridad expandan su enfoque más allá de las defensas perimetrales tradicionales y reconozcan que la infraestructura de red misma se ha convertido en una superficie de ataque primaria.
Las organizaciones que fallen en adaptar sus estrategias de seguridad para considerar estas amenazas a nivel de red arriesgan convertirse en las próximas víctimas en un ecosistema de ransomware cada vez más sofisticado y destructivo. El momento para asegurar la infraestructura de red es ahora, antes de que los compromisos de routers se conviertan en la norma en lugar de la excepción en incidentes de seguridad mayores.

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