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Optus enfrenta acciones legales por filtración de 2022 que afectó a 9.5 millones de australianos

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La Oficina del Comisionado de Información de Australia (OAIC) ha presentado procedimientos judiciales federales contra Optus, lo que marca un importante incremento en la respuesta regulatoria a la filtración de datos de septiembre de 2022 que comprometió la información personal de aproximadamente 9.5 millones de australianos.

El incidente, considerado uno de los más graves en la historia del país, expuso datos altamente sensibles de clientes, incluyendo nombres, fechas de nacimiento, números telefónicos, direcciones de correo electrónico y - para un grupo de afectados - pasaportes, licencias de conducir y números de Medicare. Expertos en ciberseguridad identificaron que el problema surgió de una vulnerabilidad en una API que permitía acceso no autorizado sin los protocolos de autenticación adecuados.

La Comisionada de Privacidad Angelene Falk declaró que la acción legal alega que Optus no protegió la información personal de los clientes según lo requerido por la Ley de Privacidad de 1988. 'Las acusaciones conciernen fallas en tomar medidas razonables para proteger la información personal de millones de australianos contra accesos o divulgaciones no autorizadas', explicó Falk en un comunicado oficial.

El caso se centra en dos áreas clave de presunta negligencia: falta de implementación de autenticación multifactor adecuada para el acceso a datos de clientes, y prácticas insuficientes de minimización de datos que conservaban información más allá de los períodos de retención necesarios. Analistas legales sugieren que el proceso podría resultar en multas sustanciales bajo las recientemente fortalecidas leyes de privacidad australianas, que ahora permiten sanciones de hasta AUD$50 millones por violaciones graves.

Para la comunidad de ciberseguridad, el caso Optus presenta lecciones críticas sobre gestión de seguridad de APIs y políticas de retención de datos. La filtración ocurrió a pesar de que Optus conocía la vulnerabilidad en la API durante meses antes del incidente, según documentos internos revisados por investigadores. Esta cronología plantea preguntas sobre la respuesta corporativa a riesgos de seguridad identificados.

La acción legal se produce mientras Australia fortalece su marco regulatorio de ciberseguridad, con nueva legislación que requiere que las empresas reporten pagos por ransomware y compartan detalles de filtraciones con bancos. Profesionales de ciberseguridad están siguiendo de cerca los procedimientos contra Optus, ya que podrían establecer precedentes importantes sobre responsabilidad corporativa en fallos de protección de datos.

Optus ha reconocido los procedimientos y declaró que pretende defenderse en el caso. La compañía previamente ofreció monitoreo de crédito gratuito a clientes afectados e implementó medidas de seguridad mejoradas tras la filtración. Sin embargo, expertos en seguridad señalan que muchos afectados siguen vulnerables a robo de identidad años después del incidente.

Se espera que el caso avance en la Corte Federal de Australia durante 2024, con posibles implicaciones para cómo las organizaciones en todo el país manejan la protección de datos de clientes y protocolos de respuesta a filtraciones.

Fuente original: Ver Fuentes Originales
NewsSearcher Agregación de noticias con IA

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