La estafa de ghostwriting, una operación sofisticada originada en Texas y Pakistán, ha defraudado a innumerables estadounidenses de millones de dólares al explotar sus sueños de fama literaria. Los estafadores se hacen pasar por agentes literarios o consultores editoriales legítimos, ofreciendo servicios de ghostwriting con promesas de estatus de bestseller, respaldos de celebridades y contratos lucrativos. Las víctimas son engañadas para pagar tarifas por adelantado, a menudo miles de dólares, solo para recibir manuscritos de baja calidad o nada en absoluto. Los estafadores utilizan sitios web profesionales, testimonios falsos y campañas agresivas en redes sociales para parecer creíbles. Los expertos en ciberseguridad destacan el uso de técnicas avanzadas de ingeniería social, incluidos correos electrónicos de phishing y identificadores de llamadas falsificados, para generar confianza. La manipulación psicológica juega un papel clave, con tácticas como el 'sesgo de autoridad' (credenciales falsas) y el 'efecto de escasez' (plazos falsos) para presionar a las víctimas. La operación también utiliza teléfonos desechables, pagos en criptomonedas y cuentas en el extranjero para evadir la detección. Esta estafa subraya los riesgos de las transacciones en línea no verificadas y la necesidad de una verificación de identidad digital más fuerte. La comunidad de ciberseguridad advierte sobre una tendencia más amplia de fraudes de 'largo plazo', donde los criminales invierten tiempo en construir una relación antes de actuar. Los expertos recomiendan verificar credenciales a través de plataformas de terceros como los registros del Gremio de Escritores, evitar pagos por adelantado por servicios especulativos y denunciar ofertas sospechosas al Centro de Quejas de Crímenes en Internet (IC3) del FBI. Estafas similares han apuntado a otras industrias creativas, como la producción musical y la escritura de guiones, con el FBI estimando que el fraude literario cuesta a los estadounidenses más de $200 millones anuales. La falta de supervisión centralizada en los ecosistemas de autoedición los convierte en un terreno fértil para la explotación. A medida que estas estafas se vuelven más sofisticadas, la conciencia pública y las medidas proactivas de ciberseguridad son críticas. Los aspirantes a autores deben abordar ofertas demasiado buenas para ser verdad con escepticismo y priorizar la debida diligencia. Para los profesionales de la ciberseguridad, este caso refuerza la necesidad de mejores herramientas para combatir el fraude digital transfronterizo.
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Estafa de Ghostwriting: Cómo los Estafadores Explotan a Autores Aspirantes
Fuente original:
Schneier on Security
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